Los alumnos de la décima edición cuentan en primera persona cómo es formar parte de la Escuela Gastronomix. Sus metas, sus deseos y las expectativas que tienen al acabar este proyecto social.
Tras diez años de puesta en marcha del proyecto social, son cientos de chicos y chicas los que han pasado por nuestros fogones. Un porcentaje muy alto viene de la Formación Profesional Básica y del Grado Medio. La cantera de los profesionales del futuro no siempre lo tienen fácil: fracaso escolar, bullying, falta de adaptación, problemas familiares, migración, discapacidad…
Frente a estos obstáculos, el empujón de la Escuela Gastronomix. Porque este proyecto social, que forma a 50 alumnos y alumnas cada año en Madrid y 25 en Sevilla, tiene el objetivo no solo de mostrar hostelería, si no de formar personas. Las mejores posibles. Esto pasa por animarles en sus sueños, mejorar su autoestima y aprender a trabajar en equipo.
“Soy Nelson y me he apuntado al proyecto Gastronomix por pura ambición y sobre todo para poder mejorar mis habilidades gastronómicas”.
“Soy Lucía, tengo 18 años y me he apuntado al proyecto gastronomix porque mi sueño es aprender más sobre cocina y ser chef. Aparte, pienso que es una oportunidad única que no la puedo desaprovechar. Estoy muy contenta, me encanta trabajar en equipo y sobre todo mejorar y aprender”.
Ellos y ellas valoran lo que la Escuela Gastronomix hace por ellos. Una oportunidad de recibir una formación de chefs graduados en el Basque Culinary Center y tener una formación avalada en su programa formativo por este centro de referencia mundial. Algo que logran de forma gratuita los 75 estudiantes gracias al apoyo de los proveedores y colaboradores, como Ebro Food.

“Soy Dame, soy de Senegal y vivo en Sevilla. Vengo a Gastronomix y estoy aprendiendo de cocinero y muchas más cosas; conocer gente”.
“Soy Lucía y quiero comentar lo que me aporta Gastronomix: positividad, confianza en mí misma. Los conocimientos de cocina me vienen bien porque yo estudio cocina y una oportunidad nueva me viene bien porque así tengo más práctica”.
Al terminar su formación al final del curso, llegará el momento de las prácticas. Estas tienen como objetivo mejorar sus habilidades y la confianza en sí mismos. Irán a establecimientos de renombre, donde se sientan orgullosos de la oportunidad y dónde les cuidarán para que sus primeras experiencias laborales sean lo mejor posible.